24 mayo 2008

Acoso goloso en el trabajo


Hace unas semanas era noticia en la prensa el juicio por acoso sexual de un capitán de la armada a una teniente-coronel. Era un titular llamativo que me hizo disparar la imaginación: ¡A saber qué salvajada había cometido el capitán contra su superiora! Pero el relato de los hechos resultó decepcionante. Al parecer, el capitán no más le había dicho a la teniente-coronel que vaya perfume más fresquito, que viniera a su despacho más a menudo porque le ambientaba el aire. Como ella se iba los fines de semana a Las Palmas donde tenía el novio le comentó algo así como que se pasarían todo el rato chingando como conejos. Además de eso, mientras estaban sentados a la barra del bar, él le tocó un poco la pierna. Y esos eran, según la prensa, los hechos que motivaban la incriminación por acoso sexual.

Jah, me dije yo, pues entonces a mí también me pueden meter entre rejas, porque barbaridades mayores he dicho yo a las mujeres de mi oficina. Por dios, qué poquita cosa para estar molestando a tantos jueces togados que tendrán sus cosas que hacer importantes con asesinos en serie, terroristas en dibujos animados y narcotraficantes de película (además de violadores cabrones).

No voy a frivolizar con el acoso sexual, que existirá y habrá mujeres pasándolo mal (hombres lo dudo, y Michael Douglas no es un buen ejemplo). Pero el caso de la teniente-coronel (visto desde afuera) me parece una chorrada. Y me da que ahí había algún otro problema. Cuando estudiaba Derecho Penal, hace de esto 25 años, el profesor, que era Fiscal en activo, nos dijo que el 90 por 100 de las violaciones que se denunciaban eran falsas y por venganza, y que normalmente la presunta violada lo que quería era que el violador se casara con ella.

Mi opinión es que las mujeres tienen herramientas de sobra para repeler un acoso sexual en el trabajo. Con lo listas que son pueden dejar en ridículo a cualquier machote que se ponga un poco grosero. Pero esto de llegar a los tribunales porque les toquen un poquito la pierna… Un exceso me parece. Y si quieren conquistar la igualdad, hagan como nosotros.

Por mi parte, he de confesar que compañeras de trabajo furtivamente me han tocado el culo por encima y por debajo… Quiero decir, me lo han tocado mujeres superiores jerárquicas y mujeres inferiores jerárquicas. Y aguanté el tipo, quiero decir, no se me ocurrió irme directo a la comisaría, me lo tomé deportivamente: hala, disfruta si te hace ilusión. Pero estoy completamente seguro de que si a mí se ocurriera hacer lo mismo con alguna de ellas recibiría, como poco, un sonoro bofetón, y es posible que llegara a conocer el crucifijo de algún Juez togado.

También he recibido comentarios teóricamente mucho más groseros que el del capitán a su teniente-coronel: el de que se pasaría con el novio chingando como conejos. En estos casos, uno se pone colorado y se defiende como puede. No creo que con palabras se pueda violar la libertad sexual de nadie. Sra. Coronela: responda usted con otra barbaridad, ríase un poco, y verá como se diluye cualquier amago de pulsión sexual de su calenturiento capitán de fragata.

Un ejemplo reciente de autodefensa es el de la turista israelita de vacaciones en Nueva Zelanda, la cual, harta de las piropos de los albañiles de una obra, se desnudó ante ellos y les mostró todo lo que escondía bajo la ropa y que al parecer tanta inquietud les provocaba. Y los dejó de piedra, nunca mejor dicho….

Yo soy todo lo contrario que un acosador sexual en el trabajo. Tan cartujo que en su tiempo me tildaron de misógino. Es que ni siquiera digo piropos, oiga. Y me los reclaman. Las mujeres son como son, y ellas buscan el piropo con tanta ansiedad como la noche mira al día que tarda en nacer. Hoy mismo una compañera de la oficina me reclamó piropos de vez en cuando. Pero no valgo para eso. Es que no me parece justo alabar a una mujer por pura charlatanería. Como mucho, si me doy cuenta de que alguna viene de la peluquería, le digo: "Qué repeinada". Un poco tosco, pero basta. Porque las mujeres valoran mucho que les noten el cambio en el peinado.

También excepcionalmente, he puesto en práctica la técnica del piropo indirecto e imperceptible que a la postre resulta muy elegante. Consiste en decirle a la dama que se parece mucho a alguna actriz conocida. Cuando la dama se da cuenta de que esa actriz es un bombón, empieza a ponerse roja de contento. Más tarde se puede rematar la faena poniendo en el ordenador un salvapantallas con fotos de la actriz, lo que hará temblar a la dama. Ese día es posible que su vanidad la haga tropezarse con los dinteles de las puertas.

Sería injusto, a pesar de lo dicho, no confesar que alguna vez he sido autor de finuras muy afortunadas. Como la dedicada a la chica tímida y esbelta que bailaba en la esquina de la pista, a la cual le dije que su sitio era en el centro, porque ella era como una elegante fuente y que nadie pone las fuentes en la esquina de una plaza, sino en el centro, para ser admiradas y para que luzcan todo su esplendor.

En fin, que reconozco que el piropo no es lo mío, que soy poco galante, nada picaflor, y es posible que misógino. Poeta y romántico. Si me gusta alguna mujer de verdad, y aunque la conozca poco, de inmediato le envío dos docenas de rosas. Como podrá adivinarse, la excusa perfecta para que ella me mande a la mierda.

PD: Que viva el vino, y las mujeres. Y que muera el monstruo de Hamtetten.

28 comentarios:

Anónimo dijo...

Johnny, te aviso porque, llegado el caso, no quiero que se estropee ningún asunto por una simple falta de información. Si alguien me manda dos docenas de rosas, le envío un matón para que le parta una pierna. Y si encima las rosas son rojas, le digo al sicario que puede partirle las dos. Las rosas rojas me parecen el colmo de la cursilería, propias sólo de los que también envían cajas de bombones en forma de corazón y eso. Mucho más inteligentes son los búlgaros, que cultivan rosas a mogollón, pero luego hacen con ellas mermelada y licor.

No soy yo muy aficionada al tema de las flores, que ensucian un montón. Algunas, como los lilium, sueltan un polen la mar de molesto que te estropea bastante los muebles. Otras van dejando caer petalillos secos... En fin, que recibir algo que va a redundar en tus obligaciones de trapo y mocho cae bastante mal.

Sin embargo, me gustaría que alguna vez me enviaran un ramo de tulipanes, solamente por probar la sensación que produce recibirlos. Probablemente me conformaría con esa única vez y los tulipanes pasarían también a mi lista negra, pero tengo cierta curiosidad.

Si alguna vez te asalta el impulso de enviarme dos docenas de rosas, recuerda todo esto. Y haz algo mucho más sencillo, como el piropo de la fuente, por ejemplo.

Anónimo dijo...

A pesar de la imagen de devoradora de hongos que al parecer le he dado, no soy mujer que prodigue ni que le guste recibir piropos. Pero, como todo, depende de a quién y de quién. No me gustan los piropos provenientes de alguna altura de un andamio; en cambio, pueden hacer aumentar mi volumen corporal a exactamente el doble (tóa la dieta a la mierda) durante todo un día y su noche si el emisor ha sido alguien que crece a la sombra de un alcornoque o un castaño. En cuanto a la práctica de acercamiento al hongo en cuestión que me propone, no dejo de pensar en la peligrosa cercanía de la tierra húmeda a los labios, y me da a mí que no me iba a merecer la pena la congoja posterior por un fugaz acallamiento de la gula.

Besazos.

Yuria dijo...

Jua jua jua jua, es que por mucha igualité que hayamos conseguido, en esto que dices en tu párrafo autobiográfico, aún no hemos llegado.-

"Por mi parte, he de confesar que compañeras de trabajo furtivamente me han tocado el culo por encima y por debajo… Quiero decir, me lo han tocado mujeres superiores jerárquicas y mujeres inferiores jerárquicas. Y aguanté el tipo, quiero decir, no se me ocurrió irme directo a la comisaría, me lo tomé deportivamente: hala, disfruta si te hace ilusión. Pero estoy completamente seguro de que si a mí se ocurriera hacer lo mismo con alguna de ellas recibiría, como poco, un sonoro bofetón, y es posible que llegara a conocer el crucifijo de algún Juez togado."

Me perdí el post de abajo... pero no importa, Qué tío más feo. ')

Y que me encantó tu coment. a mi niña *)

mahiakeff dijo...

Bueno, si, de verdad pareciera que usted es todo un inexperto en el tema. No se me ocurriría pensarlo ejerciendo el viejo y malhadado oficio de excitar la vanidad de una fémina para que después quiera más y más y más hasta que un día lo quiere todo entero a usted, la fuente de eso que ha hecho que la excitación de su vanidad se haya transformado en necesidad. Perdone el inaeptable jueguito de palabras, consonancias mas bien, pero es que me ha desatado la lengua esto de ver un pobre ciudadano inexperto que va por el mundo sin otro abrigo que los cielos.
Saludos

M

Chuspi dijo...

El piropo más bestia que me han dicho en mi vida ha sido: "Te comería la regla a cucharadas!!".

Sin duda prefiero una buena mirada pues para decir tales soeces, mejor calladitos.

Y como tú, también me quedo con el vino y los hombres, jaja!! ( y que no falten!!!)

un saludo

Yuria dijo...

HOLA,acosado.

Te he dejado una pequeñísima tarea en mi blog. ¿La podrás resolver?

Besos.

el_Vania dijo...

Tiene usted razón, Sr. Ingle. Las mujeres pueden repeler un acoso y dejar los puntos sobre las íes gracias a la vieja técnica de la patada en las gónadas masculinas.
Lo malo es que no siempre se puede sacar provecho a esto, y lamentablemente, vemos a diario, en los diarios, valga la redundancia, que algo va mal.
Lo de esta denuncia es sencillamente lamentable. Ganas de tocar las gónadas, reitero.
Una cosa es un inocente y adulador cumplido y otra la vulgaridad.
Pero se vive hoy en día tan pasados de vueltas, que ya no se sabe discernir una cosa u otra.
Mundo irascible...
Salud/OS!

chuliMa dijo...

Pues yo de vino estoy más que jartica..
En cuanto a los piropos, como en botica oiga, a quienes les gusta pues olé, a quien no pues olé tambien...y a mi, que ya no recuerdo el último que me dijeron, pues olé, que leshes....
Y por cierto, después de leer su post, me he dado cuenta que debo de ser una rara, a mi si me gusta que me regalen rosas, bueno rosas o lo que sea,todo menos vino, por favor.

Beshitos shalameros Sr Ingle

Anónimo dijo...

Yo el único fallo que le veo a la denuncia es que el acoso sexual, para que sea considerado así debe provenir de un superior y no de un compañero o como en este caso de alguien de rango inferior. Creo que en el ejército hay las suficientes armas para que la teniente coronel le metiese a este capitán los suficientes paquetes para que se le quitasen de una vez esas ganas de "broma". Yo por lo menos lo hubiera hecho, que una mala leche tiene un rato y creo que en el ejército sería un crack, una auténtica hija de mi madre por decirlo de alguna manera. Pero sin embargo no estoy de acuerdo con aquello de que las mujeres tenemos las suficientes armas para esquivar el acoso sexual, el verdadero, ese que proviene de los jefes. Más que nada porque el acoso sexual es un chantaje donde tu jefe te insunúa que de no aceptar te va a poner de patitas en la calle y todos sabemos que un buen chantaje ha hecho caer a tantos y tantos grandes hombres que no sé por qué una insignificante mujer tendría que tener más habilidad para esquivarlos. La cuestión querido Johnny no es que te toquen el culo, es una manera demasiado simple y errónea de definir lo que es un acoso sexual.

nüSh... dijo...

¿Quiere usted decir, señor Ingle, que puedo tocarle el culo cuando se me antoje?


Y otra cosa... ¿dónde están mis dos docenas de rosas?

Anónimo dijo...

Creo que los piropos, no solo hay q saber decirlos, tambien hay que saber recibirlos...A mi por ejemplo se me da fatal recibirlos...me los tomo a broma o me pongo como un tomate!!

George Hazard dijo...

Yo sufrí acoso sexual en la universidad, y lo digo completamente en serio. Una mujerona se enamoró de mí. Cuando llegaba a clase, me obligaba a sentarme a su lado, me tocaba la pierna y casi la entrepierna... A sus amigas les decía que había entrado "su estufa", de esto me enteré por una amiga.
No sé cómo se las arrgló pero un día acabó durmiendo en mi casa, y ahí ya todo expltó por los aires. La puse a dormir en otra habitación y, cuando a media noche, se metió en mi cama, no me quedó más remedio que rechazarla, y de una manera bastante brusca, porque parecía no captar las sutilezas...

JOHNNY INGLE dijo...

Es verdad, Sra. Edulcorada, a mí hasta los más leves piropos me incomodan, por ejemplo, aunque sea que me digan "qué bonita camisa" y dicho por otro hombre sin ánimo lúbrico.

Sra. Nush: usted podrá tocarme el culo cuando se le antoje a poco que tenga unas manos un poquito largas y alcance hasta donde estoy.. Respecto a las dos docenas de rosas, ¡pues va a tener razón! En qué estaré pensando!!!

AMY: Usted ha hablado muy sabiamente y muy seriamente. Y yo,como siempre, me he limitado a hacer el payaso (que es lo que mejor me sale). Esta es la verdad.

No se haga, Sra. Chulima, que esta misma semana en su blog yo leí que le dedicaban piropos (y sin estar borracho de vino). Si le gusta que le regalen de todo, excepto vinos, ¿qué haría con un camello de dos jorobas?

sra. CHUSPI: Siempre será más civilizado comer cualquier cosa con cuchara que hacerlo directamente con las manos o a bocados salvajes... jiji.

MAHIAKEFF: No he comprendido del todo su argumentación, pero he de reconocer que la frase "pobre ciudadano inexperto que va por el mundo sin otro abrigo que los cielos" resulta ciertamente hermosa y destructiva. Una joya literaria.

KOTI: Jamás he visto en persona a un tulipán (será porque no suelo tratar con holandeses). De todas formas, te podría invitar a una merienda de Tulipán con pan, que viene a ser más o menos lo mismo...

JOHNNY INGLE dijo...

GEORGE: La historia que cuentas, desde la distancia y con la perspectiva del observador neutral, resulta hilarante y muy muy tórrida (a pesar del apelativo "mujerona", que no invita a las fantasías agradables, precisamente).

Saludos,

Akroon dijo...

Lo que tendría que haber hecho la militara es hacerle el pingüino al militaro. No sé si habría conseguido que cesara en su acoso, pero seguro que se hubiera reído un buen rato.

Esto que ha dicho de las flores me ha recordado a un anuncio de desodorante: si un desconocido te regala flores, eso es Impulso. Yo me compré el desodorante, y juro por el tanga de Borat que jamás un desconocido me regaló flores. Publicidad engañosa al 100%.

¿A Usted le han tocado el culo en el trabajo? Fíjese... todo esto que tenemos en común...

JOHNNY INGLE dijo...

MMM: tendría que explicarme con más detalle qué es eso de hacer el pingüino: ¿comer el pescado???
¿se refiere a eso??


A mi me ocurrió justo el caso contrario: que me compré flores y al ir por la calle de repente una desconocida me regaló un desodorante. Eso sí que es Impulso, pensé.
Desafortunadamente, era un desodorante roll-on, y yo sólo puedo usar stick. Los otros me irritan...

¿Se imagina que tuviéramos un culo en común y ambos pudiéramos rascarlo por turnos???

Inés Perada dijo...

He venido de unas merecidas vacaciones, por eso he faltado a la siempre bienvenida cita con usted ( cibernéticamente hablando, por desgracia y lejanía).

Todo esto del acoso sexual creo que tiene a veces un toque de imaginación. Algunas ya se sienten acosadas por una simple mirada o un piropo y que yo sepa, también nosotras miramos con deseo e incluso si hay confianza, algunas se pasan con las palabras. Pero como son mujeres...

La verdad, estoy un poquito harta de pertenecer a un "colectivo" al que siempre ponen como víctimas o como "necesitadas de especial protección" como si fuéramos osos panda. Incluso en los planes de empleo y cursos del Inem las "mujeres" ( generalizando que es gerundio) están el el mismo saco de los colectivos de riesgo.
Y siento profundamente como los hombres pasan a ser sospechosos por el mero hecho de serlo en demasiadas cosas.
Ni las mujeres somos por sistema víctimas ni los hombres " la encarnación de todos los males". Hay muchos hombres víctimas de malos tratos, acosos e injusticias y que sufren.Pero eso no "vende" en prensa ni en política.

En fin, para terminar, que nada es blanco ni negro y hay demasiados grises en la vida.

Salud, Señor Ingle...

Anónimo dijo...

Leñe con el temita de que hay muchos hombres que sufren malos tratos, en la estadística del año 2007 han habido dos hombres y cuando digo dos digo dos, que han muerto a manos de mujeres. Por desgracia todos sabemos las mujeres que mueren todos los años. Dos no son muchos, en todo caso son dos. Fíjate que somos imparciales que en este país jamás hubiera abierto estadística ninguna para apuntar que dos mujeres han muerto victimas de la violencia doméstica, sin embargo para los hombres les abrimos la estadística, cosa que me parece genial. La cuestión es que para empezar el hecho de que haya hombres que sufren de malos tratos no justifica para nada el sufrimiento de las mujeres en caso contrario. En todo caso tienen unas vias legales ya abiertas donde se les protegerá ya que sin ley de protección esos "muchísimos" casos de hombres maltratados vivirían tantos siglos de desesperación como nosotras antes de que tuvieramos una ley que contemplara este caso de violencia. Las leyes no hablan de sexo así que lo único que les queda a esos miles de hombres maltratados es presentar un caso donde demuestren que sí que es verdad que están sufriendo dichos malos tratos. Nadie puede ir a un juzgado diciendo que su pareja lo/la maltrata sin más, tendrá que demostrar que así es, no porque una serie de mujeres les duela pertenecer a este colectivo y crean que son numerosísimos los casos de hombres que sufren dicha situación. Los casos son numerosísimos porque se demuestran que son no porque se crea que lo son. De todas formas hay algo que sí que es cierto repites una mentira hasta la saciedad y se convierte en verdad, aunque no veamos hombres que se maquillan para salir a la calle y evitar que le vean los moratones, u otros que se ponen gafas de sol (a parte de Risto) para que nadie se fije en el puñetazo que su mujer le dio anoche. Aunque no tengamos la suerte de ver a ese hombre que se queda en casa mientras su mujer se va de marcha con las amigas y viene borracha a las tantas de la madrugada y se la arma y lo arrastra de los pelos y despierta al vecindario entero. ¿O sí que los conocemos?? Posiblemente los hombres de mi alrededor tienen mucha suerte del encanto de mujeres que tienen a su lado y tal vez las mujeres que rodean a Inés sean una arpías.

Anónimo dijo...

Aclaro he dicho la suerte no porque al hombre lo arrastren de los pelos sino porque en este país no hay tantos hombres que se queden en casa mientras sus parejas salen de marcha con las amigas.

Zafferano dijo...

Pues a mí me puede mandar rosas que siempre serán bien recibidas. Y si de paso traen jarrón incluido, mejor, que en el que tengo no me caben muchas rosas y siempre tengo que cortarles el tallo. El color me da lo mismo, y si no hay rosas me puede mandar un ramito de violetas que para el caso... Como último remedio, mándeme un ramo de amarillys, anturios, capuchinas, margaritas, amapolas, lirios, en fin, que puede usted elegir. Cerca de casa hay una floristería que envía flores a domicilio, si le viene bien, le facilito la dirección. Y ahora me voy a ver Mujeres desesperadas, porque hoy todavía nadie me ha mandado flores.

Un beso. Pero grande...

Aristos dijo...

Sr. Ingle: Sepa que colecciono sus creativos y singulares piropos. Los anoto a mano en mi modesta Moleskine de campaña.
Dada su experiéncia como víctima de toqueteos en el trabajo por parte de personal femenino, le pido consejo.
Mire Ud. hay dos mujeres en la oficina que se acercan a mi mesa, invaden mi espacio personal hasta límites incómodos. Me tocan el hombro, el brazo, la mano, a veces la cara con la excusa de expulsar un pelo caído. En justa correspondencia me tienta la idea de avanzar mi mano bajo sus faldas, pero en el último momento me reprimo. Estas situaciones me producen gran desasosiego ya que no sé que hacer, si ceder a mis impulsos o permanecer como el cartujo que Ud. cita. Y lo peor de todo, creo que las estoy decepcionando con mi inmovilidad.
¿Vé Ud. alguna solución a mi problema?

Saludos cordiales.

JOHNNY INGLE dijo...

Sra. Inés: En realidad estaba preocupado por su ausencia: sobre todo teniendo en cuenta lo crecido que anda el Ebro en estos días: ¿alguien estaba a salvo?
Es verdad que algunas mujeres se sienten acosadas incluso por una mirada, incluso por unos pasos, diría yo. Yendo por la calle, si pisas demasiado fuerte y delante va una mujer o joven no tan mujer, de inmediato se inquieta y piensa que vas deseando apretarle el culo o algo así, o que de hecho vas apretándoselo con el pensamiento. Resulta excesivo. Es sorprendente la vanidad.

Sra. Amy: un amigo mío está que arde por eso: porque su mujer sale con las amigas y él se queda en casa. Ya ve que hay de todo...

Sra. Zafferano: le mandaré el jarrón y dentro una macedonia de flores de las más variopientas trituradas y combinadas con martini. Usted beberá a mi salud y todos contentos. Yo no veo Mujeres Desesperadas, porque justo a esa hora ponen Hombres Satisfechos, que para mí resulta más molona... jiji

Sr. Cronopio: los hechos que relata me resultan la mar de festivos. ¿Está seguro de que eso no es el argumento de una película X? Es que ni clavada la escena.

Me queda la duda de si las dos mujeres hacen eso al mismo tiempo, es decir, a duo, en cuyo caso es evidente que buscan un trío.

Si yo fuera usted, es evidente que la solución sería encargar sendos ramos de rosas para las criaturas (usted dice que le tientan, luego, le gustan de verdad).

Si no le va este proceder que peca de romántico, lo más cómodo es que encargue el trabajo sucio a un tercero. Por internet encontrará disponibles mercenarios que harán por usted la labor de seducir y complacer a las compañeras, para que usted pueda escribir tranquilo en su ordenador sin que ellas le inquieten...

Pero si no, si realmente usted se siente deportivo, le recuerdo que según noticias de estos días, el libro más comprado por las mujeres en Europa es uno con fotos de penes gigantes. Con esto ya sabe cómo piensan las mujeres. No dude en poner remedio a lo que es natural.

En serio: a mí hoy también me han tocado la mano. Me solidarizo con usted.

Dicen que si una mujer con la que no has tenido intimidad te acaricia el brazo como quien no quiere la cosa, es síntoma de de que quieren acariciar algo más (¿´vio la noticia del hombre al que recontruyeron el pene a partir del brazo?, pues eso).

Lo mejor es que se mueva un poco para que ellas tropiecen y caigan sobre su regazo. Una vez que existe contacto del culo de la mujer con sus muslos, ya hay como un sobreentendido y la chica es cosa suya. Cierre las persianas para que no le vena desde afuera y feliz lanzamiento!!.

Aristos dijo...

Sr. Ingle: Es Ud. un faro para mí en este mar de tinieblas en que me veo inmerso. Seguiría sus sabios consejos de buena gana. Sin embargo desde mi más tierna infancia oí decir: "Donde tengas la olla no metas la polla". Máxima que me paraliza sobremanera.
En cualquier otro contexto seguiría sus consejos a pies juntillas, pero en el terreno laboral...
Le agradecería-abusando de su paciencia-alguna luz al respecto.

Dios guarde a Ud. muchos años.

JOHNNY INGLE dijo...

Seguro que lo de "donde tengas la olla no metas..." se lo ha recordado algún compañero interesado... Interesado en que usted deje el campo libre y el harén desocupado para él meter baza y llevarse todas las medallas.

En realidad el refrán resulta con habitualidad malinterpretado. Donde uno realmente tiene la olla es en la cocina. Lo que se quiere decir es que no es bueno mantener relaciones sexuales en la cocina, para que los alimentos no se contaminen de los efluvios venéreos...

No veo ningún problema con los lances amorosos en el trabajo: siempre que usted o las otras jueguen limpio. Es decir, lo que usted no debe hacer es lanzarse a la piscina si no está dispuesto a llegar hasta la otra orilla. Si va de buena fe, con el corazón limpio y sin reserva mental, es lícito arriesgar, jugar e incluso ganar.
No insista si encuentra retiscencias.
Y no engañe. Es decir, no se mande a mudar después de la primera noche, porque entonces sí tendrá un drama en el trabajo.

Ahora bien, si los dos están de acuerdo en que no quieren continuidad, el gato debe ir al agua.

Lea las estadísticas de amor en las oficinas y comprenderá que si usted no las incrementa estará haciendo el tonto.

en la clase de oficinas en las que yo trabajo no es que se dé frecuentemente, pero sí hay casos de todos los tipos, y nunca he visto ningún problema que no sea menor y, por tanto, superable.

La biología está a su favor: ¿Usted cree que la naturaleza ordena abstenerse del instinto sexual (que es consustancial a la naturaleza humana) por el hecho de haber de por medio contratos de trabajo que son puras convenciones, creaciones artificiales y no imprescindibles para la vida en el planeta???

El mandamiento natural sería más o menos así:

"meta la polla y olvídese de donde tenga la olla, porque seguramente no se morirá de hambre, pero sí de un infarto testicular".

Salud y que aproveche

Inés Perada dijo...

Gracias por echarme de menos señor Ingle, pero no, el Ebro ha pasado rozando la Expo e incluso ha llenado de agua alguna cosita, pero vamos, nada que no se haya controlado. Va camino ya de esa Cataluña seca por la que incluso usted escribió un post preocupándose. Ahora ya tienen los pantanos llenos.Todos contentos...de momento.

Sr Cronopio: haga caso de los consejos del Señor Ingle porque tiene toda la razón...

Amy, no uses la demagogia porque sabes bien que muchos hombres no denuncian ni denunciarán,y por supuesto, aunque suene increíble, muchas parejas se pegan mutuamente. Tal para cual, en demasiados casos.
Una amiga mía es una de las personas que está de guardia en el teléfono de la mujer maltratada y posiblemente si la oyeras te sorprenderías. Pero esto es como todo lo social, solo los que trabajamos en ello sabemos la oscura realidad, que no coincide demasiado con la imagen que dan los medios de comunicación...en fin, que hay de todo, ni todo negro ni blanco, sino casi siempre gris...

Salud a todos

Akroon dijo...

Lo del pingüino tiene que ver con un andar tobillero... seguro que conoce el chiste.

No me extraña que los desodorantes que no son en stick le irriten: son muy impertinentes.

Respecto a tener un culo en común... la idea es interesante, pero el rascamiento en sí, ¿es propio o ajeno?

Aristos dijo...

Sr. Ingle: Sus consejos me han ayudado a decidirme y a vencer mi patológica timidez. Le relato brevemente lo sucedido en esta mañana de viernes en la oficina.
Como le dije se trata de dos féminas, una de ellas se situó a mi izquierda (ambos de pié)tratando un tema de trabajo. Como es habitual en ella se acercó a mí hasta establecer contacto entre mi codo izquierdo y su pezón derecho. En esta situación, lejos de atribularme intervine en la acción. Mi codo realizó un leve movimiento de rotación alrededor del pezón al mismo tiempo que ejercía una presión hacia él. Tras breves segundos de contacto, la teta acabó separándose y seguimos hablando del tema de trabajo que nos ocupaba (unas muestras que yo sostenía en mis manos). No la miré a los ojos puesto que esta es la que no me gusta.
Media hora más tarde, al abrir la puerta de un pasillo, vi como se dirigía hacia mi posición , la otra fémina (esta si me gusta...)Aprovechando que yo me hallaba en la puerta le cerré el paso, abriendo los brazos a modo de abrazo previo. Ella al verse acorralada se hizo a un lado, momento que yo aproveché para agarrarla por la muñeca mientras le preguntaba el estado de unas entregas urgentes. A juzgar por el movimiento nervioso de sus ojos y su sonrisa, creo que le gustó mi acercamiento improvisado.
Le parecen bien mis primeros movimientos Sr Ingle?
Cree Ud. que dichas Señoras serán más felices a partir de hoy?
Será todo esto producto de la alegria propia de un viernes pre-festivo?
Espero su opinión.

Reciba un cordial saludo.

JOHNNY INGLE dijo...

Sr. Cronopio:
No se si estoy en exceso acalorado porque acabo de bailar un merengue, pero sus primeros movimientos no sólo me parecen bien, le parecerían bien hasta al mismísimo John Waters. Algunos orgasmos famosos en la historia se han alcanzado con mucho menos que eso.

Esas señoras no sólo serán más felices, sino que asustarán al vecindario con sus maullidos de gata subida de decibelios.

Pero efectivamente tiene razón: hoy es el día del pingüino en las oficinas del mundo. El lunes me dirá si continúa el estado de ánimo.

Sra. Akroon: cuénteme el chiste del pingüino y no me deje a medias (aunque hay otro chiste que dice que lo peor es que te dejen a medias y encima pretendan contarte un chiste).

Respecto al culo común, yo lo que había pensado es un rascamiento ajeno, es decir, cada uno de nosotros rascaría ese culo sin cuerpo por turnos, o sea, sería heterorascamiento.
¿Es que se le ocurren otras combinaciones matriciales?